Escena I

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(Nos encontramos en una sala de hospital, con el paciente en la cama como primer foco. Por varios momentos se llena de silencio la sala. Cuando de repente por la puerta de la habitación entra la enfermera del paciente. La enfermera un tanto raro de actitud  y con una sonrisa coqueta llega a quitarse la bata y la pone en el perchero de la esquina mientras se lava las manos con gel anti bacterias. Segundos más tarde entra en foco a la habitación el hijo del paciente.)

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Hijo: ¿Se puede?

(Pregunta con formalidad después de tocar un poco la puerta de la habitación)

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Enfermera: Adelante pase

(Con una sonrisa y mucha cortesía)

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Hijo: Gracias, buenas noches

(Exclama mientras entra y cierra la puerta. El hijo se acerca de forma muy natural

a su padre que se encuentra en la camilla del hospital y se le queda viendo de forma muy 

pensativa, pero sin ninguna expresión ni sentimiento en la cara. La enfermera que seguía limpiando sus manos, con una expresión muy coqueta en su cara, le pregunta al hijo)

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Enfermera: ¿Usted es Sergio?

(Fingiendo no saber conocerlo)

(El hijo sigue viendo a su padre de forma pensativa y después de un par de segundos reacciona a la pregunta de la enfermera.)

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Hijo: ¿Perdón?

(Extrañado y muy formal) 

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Enfermera:

¡Sí, usted es Sergio! Sabe... Me han hablado mucho de usted

(Exclama feliz y con alegría de conocerlo)

[El hijo hace un pequeño paso hacia adelante y responde después de unos pocos segundos de intentar saber que estaba pasando.]

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Hijo: ¿Y... ¿Quién le ha hablado de mí?

(Muy extrañado y un poco molesto en su tono de voz, pero sin quitar la formalidad)

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Enfermera: Me alegra que haya venido, muchos hijos suelen dejar a

sus padres en situaciones como esta

(Exclama con entusiasmo mientras se pone su bata. La enfermera procede a retirarse por enfrente del hijo de manera muy segura y con la misma actitud coqueta de siempre. Antes de llegar a la puerta la enfermera dice...)

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Enfermera: ¡Ah! Se me olvidaba. Le dejó una carta en el buró, por si gusta leerla.

Está muy grave

(Mientras lo mira y empieza de forma muy natural hasta ir terminando el diálogo de forma un tanto misteriosa y preocupado. (Sale de la habitación dejando un silencio ensordecedor y una espina de

misterio en el hijo. El hijo algo extrañado por no saber que estaba pasando y sin responder nada en lo absoluto, sé queda pensando un momento lo sucedido y pasa a tomar asiento a la silla que se encontraba detrás de la cama. El hijo se queda mirando la habitación de forma muy natural unos segundos y después toma su celular para hacer una llamada.)

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Hijo (en llamada) ¿Bueno? ¡Hola amigo! ¿Cómo estás? Bien gracias. Sí, si voy a ir. Okey. mmmmmm como 2 horas máximo. No (mira a su padre un momento sin mostrar expresión en su cara y piensa un poco) No... No es nada importante. Okey. Bueno, ahí te veo. Vale ¡Chao!

(Siempre de forma muy alegre y con entusiasmo. Se queda un momento sentado y le llama la atención el historial médico que se encontraba a un lado de la cama. Procede a pararse he ir a echarle un vistazo. Le da unas cuantas hojeadas y después con una sonrisa burlona exclama...)

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Hijo: Mmmmmmm... Quién lo diría

(Con actitud un poco burlona mientras ve a su padre)

(Cierra el historial médico, ve a su padre y prosigue.)

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Hijo: Tal parece que el dinero no te va a servir de mucho está vez

(Mostrando un poco de sonrisa, dando tiempo entre cada palabra y en un tono un poco burlón)

(Deja el historial médico y se regresa de nuevo a sentarse. En la silla se queda pensando un momento y dice...)

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Hijo: Sabes... Tu siempre decías 'que a un hombre se le trataba dependiendo de qué tan llena está su billetera'...

(Lo dice con una sonrisa un poco burlona y recordando con rencor)

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Hijo: Siempre te preocupó lo que la gente decía, cómo te veían y lo que esperaban de ti

(Continúa recordando con rencor y burlándose un poco)

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Hijo: Pero nunca te preocupó tu propio hijo

(Exclama de forma rencorosa y borrando la sonrisa de su cara, viendo a su padre)

(El hijo deja unos segundos de silencio incómodo y se queda pensando con mucho rencor, mientras su cerebro empieza a recordar todo lo que llevaba cargando muchos años.)

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Hijo: ¿Pero... ¿Cómo te ibas a preocupar por tu hijo? El gran Sergio siempre estuvo muy ocupado en trabajar para darse lo mejor de lo mejor. Él nunca tuvo tiempo para su familia...

(Exclama con burla, rencor y dolor. Mientras está diciendo estás cosas, se para de la silla y va recorriendo el cuarto. Cuando llega el final del diálogo, se queda mirando fijamente la pared en donde se encuentra la puerta y continua...)

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Hijo: Ni siquiera cuando... Mamá falleció

(Lo dice con enojo y tristeza en su cara mientras ve de reojo a su papá. El hijo deja un silencio muy incómodo en la sala y después de unos segundos de estar pensando y recibiendo la avalancha de recuerdos que tiene, se voltea y va directo a dónde está su padre con enojo y rencor en su cara. Cambiando poco a poco su humor y sentimientos en como dice las cosas y actúa.]

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Hijo:

Discurso teatro

Que increíble...

ja, y pensar que tú eras quien se burlaba de mí. ¿Y ahora? estoy sobre de ti.

Déjame decirte que logre lo que tú decías que jamás lograría. Ahora, ¿debo ofenderte yo?

Y la nota... hmm, ¿por qué no te tomaste el tiempo de hacer algo así antes? ¿Ya que no estás te

importo? Pues, lograste que hace tiempo dejarás de importarme.

¿Pero por qué ahora? No sabes cómo me hubiera gustado que te tomarás el tiempo de darme algo

así antes. Pero no, tú preferías a otras personas, y yo tú hijo...me dejabas de lado.

Jamás tuviste tiempo. Jamás te importó cómo estaba. Jamás te importaron mis logros. Nunca tuviste tiempo para mí.

¿Qué te hice? ¡Eras mi ídolo! ¡Quería ser como tú! Jamás tuve un papá, no sé qué eras, pero cómo

padre, no quedabas. ¿Alguna vez te importé? Quisiera tener buenos recuerdos de la infancia junto a papá... y cuando pienso en ti solo recuerdo todo el mal que me hacías. Quisiera que me hubieras

abrazado una maldita vez.

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La enfermera:  Estas enojado?

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Hijo: a ti que te importa

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Enfermera: ya veo que si lo estás ... pero tú padre al final de todo siempre te amo, aunque no lo demostrase seguido, el amor se expresa de formas diferentes y la de tu padre fue muy particular.

Hijo- (llorando)... Por qué no llegue a tiempo no pude verlo por última vez.

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TELÓN

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